Qué hacer si me deben dinero desde hace meses
Guía completa sobre qué hacer si te deben dinero desde hace meses: pasos legales, reclamaciones amistosas, burofax, monitorio, pruebas y consejos prácticos.
Índice
- Entender la situación de impago
- Primeros pasos antes de actuar legalmente
- Cómo reclamar la deuda de forma amistosa
- Dejar constancia por escrito: burofax y correos
- Reunir pruebas y documentación de la deuda
- Opciones legales para reclamar una deuda
- Plazos de prescripción y riesgos de esperar
- Cómo negociar un plan de pagos efectivo
- Errores frecuentes al reclamar dinero adeudado
- Cuándo acudir a un abogado o mediador
- Preguntas frecuentes
Entender la situación de impago
Cuando alguien te debe dinero desde hace meses, es normal sentir frustración, enfado e incluso vergüenza por tener que reclamar. Sin embargo, reclamar una deuda es un derecho legítimo y, si se hace de forma ordenada y documentada, aumenta mucho la probabilidad de recuperar tu dinero. Antes de actuar, conviene analizar con calma qué tipo de deuda es, qué relación tienes con la persona o empresa deudora y qué pruebas puedes aportar.
No todas las deudas se gestionan igual. No es lo mismo un préstamo informal entre amigos que una factura impagada de un cliente, un alquiler pendiente o un salario que no has cobrado. Cada caso tiene matices legales y emocionales distintos, pero en todos ellos hay una serie de pasos lógicos que puedes seguir para proteger tus intereses sin empeorar innecesariamente la relación con la otra parte.
- Identificar claramente quién es el deudor (persona física, autónomo, empresa).
- Precisar el importe exacto adeudado, incluyendo posibles intereses o recargos pactados.
- Determinar desde cuándo existe el impago y qué plazos se habían acordado.
- Revisar si hay contrato, presupuesto, factura, mensajes o cualquier prueba escrita.
- Valorar el impacto económico y emocional que tiene para ti la deuda.
Antes de iniciar cualquier reclamación formal, dedica unos minutos a ordenar toda la información: fechas, cantidades, conversaciones y documentos. Tener una visión clara de la situación te ayudará a elegir la estrategia adecuada y a explicar tu caso de forma convincente si finalmente necesitas ayuda profesional o acudir a los tribunales.
Primeros pasos antes de actuar legalmente
El hecho de que te deban dinero desde hace meses no significa que debas saltar directamente a una demanda. En muchos casos, una gestión ordenada y firme, pero cordial, permite cobrar sin llegar a un conflicto judicial. Los primeros pasos tienen como objetivo aclarar la situación, dar una última oportunidad de pago voluntario y dejar constancia de que estás reclamando la deuda.
Es importante separar las emociones de las decisiones. Actuar impulsivamente, amenazar sin base legal o presionar de forma desproporcionada puede volverse en tu contra. En cambio, una estrategia gradual, documentada y respetuosa suele ser más efectiva y, si no funciona, te deja en mejor posición para acudir a la vía legal.
- Revisa todos los acuerdos previos: contratos, correos, mensajes, facturas.
- Comprueba si se pactaron intereses de demora o penalizaciones por impago.
- Verifica si ya has enviado algún recordatorio o reclamación anterior.
- Piensa qué solución mínima aceptarías: pago total, parcial, plazos, quita.
- Valora el coste de oportunidad de seguir esperando frente a actuar ya.
Como regla general, conviene seguir una escalada progresiva: primero contacto informal, después reclamación amistosa por escrito, luego burofax o requerimiento formal y, solo si no hay respuesta o voluntad de pago, estudiar las opciones legales. Este enfoque demuestra buena fe y suele ser bien visto por jueces y mediadores en caso de conflicto posterior.
Cómo reclamar la deuda de forma amistosa
La reclamación amistosa es el primer paso práctico cuando alguien te debe dinero desde hace meses. Consiste en recordar la deuda de manera clara, respetuosa y firme, dejando margen para que la otra parte explique su situación y proponga una solución. Aunque ya hayas hablado del tema, es recomendable estructurar bien este contacto para que sea realmente efectivo.
Puedes empezar con una llamada o un mensaje directo, pero es fundamental que, en algún momento, quede constancia escrita de tu reclamación. Esto no solo ayuda a que el deudor se tome en serio el asunto, sino que también servirá como prueba de que has intentado resolver el conflicto de forma amistosa antes de acudir a la vía judicial.
- Elige un canal adecuado: correo electrónico, mensaje escrito o carta.
- Expón los hechos de forma objetiva: importe, concepto, fecha de vencimiento.
- Evita insultos, amenazas o reproches personales.
- Propón una fecha límite razonable para el pago o para recibir una respuesta.
- Ofrece alternativas: pago fraccionado, calendario de pagos, quita parcial.
Ejemplo de mensaje amistoso de reclamación
“Hola [Nombre],
Te escribo para recordar la cantidad pendiente de [importe] € correspondiente a [concepto], cuyo pago estaba previsto para el [fecha]. Han pasado ya varios meses y, aunque entiendo que pueden surgir imprevistos, para mí es importante regularizar esta situación.
Te agradecería que pudiéramos concretar el pago antes del [nueva fecha límite] o, si lo prefieres, acordar un plan de pagos que se adapte a tu situación actual. Quedo pendiente de tu respuesta para encontrar la mejor solución para ambos.
Gracias por tu atención.”
Dejar constancia por escrito: burofax y correos
Si tras varios recordatorios amistosos la deuda sigue sin pagarse, el siguiente paso es enviar una reclamación formal por escrito que deje constancia fehaciente de tu requerimiento. En España, el medio más habitual es el burofax con certificación de contenido y acuse de recibo, aunque también pueden servir otros medios si permiten acreditar el envío y el contenido.
El objetivo del burofax no es solo presionar al deudor, sino también interrumpir posibles plazos de prescripción y demostrar, en caso de juicio, que has reclamado la deuda de forma clara y en una fecha concreta. Por eso es importante redactarlo con precisión, sin exageraciones ni amenazas que puedan ser contraproducentes.
- Identifica correctamente a las partes: tu nombre y el del deudor.
- Detalla el origen de la deuda: contrato, factura, préstamo, etc.
- Indica el importe exacto y la fecha en que debió pagarse.
- Concede un plazo final de pago (por ejemplo, 7–15 días naturales).
- Advierte de que, si no se paga, estudiarás acciones legales.
Consejo práctico
Conserva siempre el resguardo del burofax, la certificación de contenido y cualquier respuesta que recibas. Si optas por correo electrónico, utiliza una cuenta profesional, activa acuses de recibo cuando sea posible y guarda copias de todos los mensajes. Cuanta más trazabilidad tengas, más fácil será acreditar tu reclamación en el futuro.
Reunir pruebas y documentación de la deuda
Para reclamar una deuda con garantías, necesitas pruebas. Aunque se trate de un préstamo entre familiares o amigos, cualquier rastro documental puede marcar la diferencia entre cobrar o no. Reunir toda la documentación antes de dar pasos legales te permitirá valorar la viabilidad de la reclamación y preparar mejor tu estrategia.
No hace falta tener un contrato notarial para demostrar una deuda. A menudo bastan transferencias bancarias, mensajes de WhatsApp, correos electrónicos, facturas, presupuestos aceptados o incluso testigos que puedan acreditar el acuerdo. Lo importante es que exista un hilo coherente que explique por qué entregaste ese dinero o prestaste ese servicio y por qué ahora reclamas su pago.
- Contratos, presupuestos firmados o condiciones generales aceptadas.
- Facturas emitidas y no pagadas, albaranes o partes de trabajo.
- Transferencias bancarias, recibos, justificantes de pago o ingresos.
- Mensajes y correos donde se reconozca la deuda o se hable del pago.
- Notas manuscritas, reconocimientos de deuda o documentos similares.
Organiza las pruebas en orden cronológico y, si es posible, elabora un breve resumen con las fechas clave: cuándo se generó la deuda, qué se acordó, qué pagos (si los hubo) se realizaron y qué reclamaciones has hecho hasta ahora. Este esquema te será muy útil si consultas a un abogado o presentas un procedimiento monitorio.
Opciones legales para reclamar una deuda
Cuando la vía amistosa se agota y la deuda sigue sin pagarse, es momento de valorar las opciones legales. En función del importe, del tipo de deuda y de la documentación disponible, puede interesarte un procedimiento monitorio, un juicio verbal, un juicio ordinario o, en algunos casos, acudir a mecanismos de mediación o arbitraje si estaban previstos en el contrato.
El procedimiento monitorio es una de las herramientas más utilizadas para reclamar deudas dinerarias, líquidas, determinadas, vencidas y exigibles, especialmente cuando existen documentos que las acreditan (facturas, albaranes, certificaciones, etc.). Es relativamente rápido y, para determinadas cuantías, no siempre exige abogado y procurador, aunque es muy recomendable contar con asesoramiento profesional.
- Procedimiento monitorio: adecuado para deudas claras y documentadas. Se inicia con una petición al juzgado aportando las pruebas de la deuda.
- Juicio verbal: se utiliza para reclamaciones de menor cuantía. El proceso es más sencillo, pero requiere preparar bien la demanda.
- Juicio ordinario: para cantidades más elevadas o asuntos complejos. Suele requerir abogado y procurador desde el inicio.
- Mediación o arbitraje: opciones extrajudiciales si las partes lo aceptan o si estaba previsto en el contrato.
- Reclamaciones administrativas: en casos de deudas con la Administración o conflictos de consumo.
Antes de iniciar cualquier procedimiento, pide un presupuesto orientativo a un profesional y valora la relación coste/beneficio. A veces, por el importe de la deuda o por la situación económica del deudor, puede no compensar un proceso largo y costoso. En otros casos, actuar a tiempo es la única forma de evitar que la deuda prescriba o que el deudor se declare insolvente sin que hayas reclamado.
Plazos de prescripción y riesgos de esperar
Uno de los mayores errores cuando te deben dinero desde hace meses es pensar que siempre podrás reclamar más adelante. Las deudas no son eternas: existen plazos de prescripción que, una vez cumplidos, impiden legalmente exigir el pago. Estos plazos varían según el tipo de deuda y la legislación aplicable, por lo que conviene informarse cuanto antes.
Además de la prescripción, esperar demasiado puede hacer que el deudor empeore su situación económica, se deshaga de bienes o entre en concursos de acreedores, lo que reduce tus posibilidades reales de cobrar. Por eso es importante encontrar un equilibrio entre dar margen razonable y no dejar pasar años sin actuar.
- Los plazos de prescripción pueden ir de 1 a 5 años o más, según el caso.
- En muchos supuestos, una reclamación fehaciente interrumpe la prescripción.
- Cuanto más tiempo pasa, más difícil es localizar pruebas y testigos.
- La situación económica del deudor puede deteriorarse con el tiempo.
- Actuar tarde puede dejarte en peor posición frente a otros acreedores.
Si ya han pasado muchos meses desde el impago, consulta cuanto antes los plazos de prescripción aplicables a tu caso concreto. Un simple burofax o requerimiento formal, bien planteado, puede servir para interrumpir la prescripción y ganar tiempo para decidir si inicias o no un procedimiento judicial.
Cómo negociar un plan de pagos efectivo
En muchos casos, el deudor no paga no porque no quiera, sino porque no puede asumir el importe completo de una sola vez. Si tu prioridad es recuperar el dinero, aunque sea poco a poco, puede ser más inteligente negociar un plan de pagos realista que insistir en un pago inmediato que nunca llega. Eso sí, la negociación debe hacerse con cabeza y dejarse por escrito.
Un buen plan de pagos tiene que ser claro, detallado y asumible para ambas partes. Debe incluir importes, fechas, forma de pago y consecuencias en caso de incumplimiento. Cuanto más concreto sea el acuerdo, menos margen habrá para malentendidos o excusas futuras.
- Calcula cuál es la cuota mínima que aceptarías sin poner en riesgo tu economía.
- Pide al deudor que proponga un calendario y ajústalo a algo realista.
- Define fechas exactas de pago (día y mes), no solo “a final de mes”.
- Establece un medio de pago trazable: transferencia, domiciliación, etc.
- Incluye qué ocurrirá si se incumple una o varias cuotas.
Modelo básico de acuerdo de pago
“D./Dña. [Nombre del deudor], con DNI [número], reconoce adeudar a D./Dña. [tu nombre], con DNI [número], la cantidad de [importe total] €, correspondiente a [concepto].
Ambas partes acuerdan que dicha cantidad será abonada mediante [número] pagos mensuales de [importe de cada cuota] €, que se realizarán mediante [forma de pago] los días [día] de cada mes, comenzando el [fecha de inicio] y finalizando el [fecha de fin].
En caso de impago de alguna de las cuotas, la parte acreedora podrá dar por vencido el total pendiente y reclamar judicialmente la cantidad restante.”
Errores frecuentes al reclamar dinero adeudado
Reclamar dinero que te deben desde hace meses puede ser agotador, y es fácil cometer errores por desconocimiento o por cansancio. Algunos fallos pueden tener consecuencias legales, otros simplemente reducen tus posibilidades de cobrar o deterioran relaciones personales y profesionales que podrían haberse gestionado mejor.
Conocer los errores más habituales te ayudará a evitarlos y a enfocar tu reclamación de forma más estratégica. A veces, pequeños cambios en la forma de comunicar, documentar o negociar marcan una gran diferencia en el resultado final.
- No dejar nada por escrito y basarlo todo en conversaciones informales.
- Esperar demasiado tiempo por miedo a “romper la relación”.
- Amenazar con denuncias o acciones que luego no se van a ejecutar.
- No calcular si compensa económicamente iniciar un proceso judicial.
- Firmar acuerdos de pago poco realistas que se incumplen enseguida.
- No conservar justificantes de pagos parciales o transferencias recibidas.
- Confiar en promesas verbales sin actualizar el acuerdo por escrito.
Mantén siempre la calma y evita respuestas impulsivas. Un mensaje agresivo, una publicación en redes sociales o una presión desmedida pueden volverse en tu contra, especialmente si el conflicto termina en los tribunales. La firmeza y la documentación valen mucho más que los enfrentamientos emocionales.
Cuándo acudir a un abogado o mediador
No siempre es necesario acudir a un abogado desde el primer momento, pero sí conviene hacerlo cuando la deuda es importante, la situación se ha enquistado o no tienes claro qué pasos seguir. Un profesional puede ayudarte a valorar la viabilidad de la reclamación, calcular plazos de prescripción, preparar requerimientos formales y diseñar la estrategia más adecuada para tu caso.
La mediación también puede ser una opción interesante cuando existe una relación personal o comercial que ambas partes quieren preservar. Un mediador neutral facilita el diálogo y ayuda a encontrar soluciones creativas que quizá no habríais considerado por vuestra cuenta, como quitas parciales, compensaciones en especie o calendarios de pago flexibles.
- La deuda tiene un importe elevado o afecta gravemente a tu economía.
- Existen dudas sobre la documentación o la interpretación del contrato.
- El deudor niega la deuda o plantea versiones contradictorias.
- Han pasado muchos meses o años y temes que la deuda prescriba.
- Quieres iniciar un procedimiento monitorio, verbal u ordinario.
Antes de contratar, solicita siempre información clara sobre honorarios, posibles costes adicionales (tasas, procurador, peritos) y probabilidades de éxito. Un buen profesional no te prometerá resultados imposibles, pero sí te explicará con transparencia los riesgos y alternativas para que puedas decidir con criterio.
Preguntas frecuentes
A continuación encontrarás respuestas claras a algunas de las dudas más habituales cuando alguien te debe dinero desde hace meses y no sabes cómo actuar. Ten en cuenta que las respuestas son de carácter general y que, para casos concretos, siempre es recomendable consultar con un profesional.
¿Puedo reclamar un préstamo entre amigos o familiares sin contrato?
Sí, es posible reclamar un préstamo informal, aunque no exista un contrato firmado, siempre que puedas aportar alguna prueba de que el dinero se entregó como préstamo y no como regalo. Transferencias bancarias con conceptos claros, mensajes donde se hable de “devolver el dinero” o reconocimientos de deuda posteriores pueden servir como base para una reclamación. Cuanta más documentación tengas, más opciones tendrás de éxito.
¿Qué pasa si la persona que me debe dinero no tiene bienes?
Si el deudor es insolvente o apenas tiene bienes embargables, aunque obtengas una sentencia a tu favor, puede resultar difícil cobrar. Aun así, reclamar puede ser útil para interrumpir la prescripción y dejar constancia de la deuda, por si en el futuro mejora su situación económica. En algunos casos, puede ser más práctico negociar un acuerdo amistoso adaptado a su capacidad real de pago.
¿Cuánto tiempo tengo para reclamar una deuda?
El plazo para reclamar depende del tipo de deuda y de la normativa aplicable. Algunas deudas prescriben en pocos años y otras en plazos más largos. Además, ciertos actos, como un burofax de reclamación o una demanda judicial, pueden interrumpir la prescripción y hacer que el plazo vuelva a empezar. Por eso es importante no dejar pasar el tiempo y consultar cuanto antes tu caso concreto.
¿Es obligatorio contratar abogado para reclamar lo que me deben?
No siempre es obligatorio, especialmente para reclamaciones de menor cuantía o en determinados procedimientos. Sin embargo, incluso cuando la ley permite actuar sin abogado, contar con asesoramiento profesional suele aumentar las probabilidades de éxito y evitar errores procesales. En reclamaciones importantes o complejas, la ayuda de un abogado es muy recomendable.
¿Puedo reclamar intereses por el tiempo que llevo esperando?
En muchos casos, sí puedes reclamar intereses de demora, especialmente si estaban previstos en el contrato o si la legislación aplicable los reconoce de forma automática (por ejemplo, en operaciones comerciales entre empresas). Para calcularlos correctamente y saber si proceden en tu caso, conviene revisar el acuerdo original y, si es necesario, pedir orientación a un profesional.
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