Qué hacer cuando un familiar no devuelve el dinero
Guía práctica y legal sobre qué hacer cuando un familiar no devuelve el dinero: pasos, pruebas, diálogo, mediación y opciones judiciales en España.
Índice
- Entender la situación: dinero y familia
- Analizar el préstamo: fue regalo o deuda
- Reunir pruebas y documentación
- Primeros pasos: diálogo y acuerdos amistosos
- Opciones legales para reclamar la deuda
- Medios alternativos: mediación y acuerdos extrajudiciales
- Cómo proteger la relación familiar
- Errores frecuentes que debes evitar
- Cómo prevenir problemas en futuros préstamos
- Modelos y ejemplos de mensajes y acuerdos
- Preguntas frecuentes
Entender la situación: dinero y familia
Cuando un familiar no devuelve el dinero que le has prestado, se mezclan dos planos muy delicados: el económico y el emocional. No solo se trata de una cantidad de dinero, sino también de confianza, expectativas y, en muchos casos, de apoyo que se dio en un momento de necesidad. Por eso, antes de actuar impulsivamente, conviene analizar con calma el contexto y las consecuencias de cada decisión que tomes.
En el ámbito jurídico, un préstamo entre familiares es tan válido como cualquier otro, aunque no exista contrato escrito. Sin embargo, en la práctica, demostrar que el dinero fue un préstamo y no un regalo puede ser complejo si no hay pruebas claras. Además, iniciar acciones legales contra un familiar puede afectar de forma irreversible la relación, por lo que es importante valorar tanto tus derechos como el impacto personal y familiar.
Aspectos clave que debes tener en mente desde el principio
- El préstamo entre familiares es legal y exigible, aunque no haya contrato, si puedes probarlo.
- La forma en que reclames el dinero puede marcar la diferencia entre un acuerdo y un conflicto grave.
- La situación económica real del familiar influye en las opciones prácticas de cobro.
- Antes de ir a juicio, suele ser recomendable agotar las vías amistosas y de mediación.
- Es importante separar, en la medida de lo posible, el plano emocional del plano jurídico.
Analizar el préstamo: fue regalo o deuda
Antes de reclamar formalmente, debes tener claro qué tipo de ayuda económica prestaste. A nivel legal, no es lo mismo un regalo que un préstamo. Si tu familiar sostiene que el dinero fue un obsequio, y tú afirmas que fue un préstamo, el conflicto girará en torno a quién puede demostrar mejor su versión.
Para que un préstamo sea exigible, debe existir voluntad de devolver el dinero. Esa voluntad puede deducirse de mensajes, transferencias con concepto, conversaciones o cualquier otro indicio. Por eso, conviene revisar todo lo que rodeó al momento en que entregaste el dinero y a las conversaciones posteriores.
- Prestamo verbal: acordasteis que te devolvería el dinero, pero no se firmó nada. Es válido, pero más difícil de probar.
- Prestamo con mensajes: hay WhatsApp, correos o SMS donde se habla de devolución, plazos o cuotas.
- Prestamo con contrato: firmasteis un documento, aunque sea sencillo, con importe, plazos y condiciones.
- Prestamo con transferencias: el concepto de la transferencia indica claramente que es un préstamo.
- Ayuda sin aclarar: se entregó el dinero en efectivo o sin dejar rastro claro de que debía devolverse.
Claves para diferenciar préstamo de regalo
- Si se habló de fechas de devolución, intereses o cuotas, es un indicio de préstamo.
- Si el familiar te ha ido "pidiendo tiempo" para pagar, está reconociendo la deuda.
- Si nunca se mencionó devolución y se trató como ayuda desinteresada, puede interpretarse como donación.
- Los conceptos de las transferencias ("préstamo", "devolución", "cuota") son pruebas muy valiosas.
- Los testigos que escucharon el acuerdo pueden ayudar, aunque su fuerza probatoria es limitada frente a documentos.
Reunir pruebas y documentación
Una vez que tienes claro que se trata de un préstamo, el siguiente paso es reunir todas las pruebas posibles. Esto será determinante si más adelante necesitas recurrir a un abogado, a un mediador o incluso a los tribunales. Cuanta más información ordenada tengas, más fácil será defender tu posición y valorar las opciones reales de cobro.
- Extractos bancarios: ingresos, transferencias, bizum o pagos en los que conste el movimiento de dinero.
- Conceptos de transferencia: palabras como "préstamo", "devolución" o "cuota" son muy relevantes.
- Conversaciones por escrito: WhatsApp, SMS, correos electrónicos o mensajes en redes sociales.
- Notas o documentos firmados: aunque sean manuscritos sencillos, pueden tener gran valor probatorio.
- Testigos: personas que estuvieron presentes cuando se habló del préstamo o de la devolución.
Cómo organizar las pruebas de forma práctica
- Haz una carpeta (física o digital) con todos los documentos relacionados con el préstamo.
- Ordena los documentos por fecha para reconstruir la historia de la deuda.
- Guarda capturas de pantalla de conversaciones completas, no solo de frases sueltas.
- Anota en un documento resumen: cuánto prestaste, cuándo, en qué condiciones y qué se ha pagado hasta ahora.
- Si vas a consultar con un profesional, lleva todo este material preparado para ahorrar tiempo y costes.
Primeros pasos: diálogo y acuerdos amistosos
Antes de pensar en abogados o juicios, lo más recomendable es intentar una solución amistosa. En muchos casos, el familiar no devuelve el dinero no por mala fe, sino por dificultades económicas, desorganización o vergüenza. Un enfoque calmado y respetuoso puede abrir la puerta a acuerdos realistas que permitan recuperar el dinero sin romper la relación.
Es importante elegir bien el momento y el tono de la conversación. Evita hablar en medio de discusiones familiares, reuniones numerosas o situaciones de tensión. Intenta buscar un espacio tranquilo, en persona o por teléfono, donde ambos podáis expresaros con claridad.
- Explica con claridad que necesitas que se devuelva el dinero y por qué.
- Escucha su versión y su situación económica actual sin interrumpir.
- Propón alternativas: pago a plazos, reducción temporal de las cuotas, nuevo calendario.
- Evita reproches personales y céntrate en el hecho concreto del préstamo.
- Intenta cerrar la conversación con un acuerdo concreto, no solo con buenas intenciones.
Recomendaciones para un diálogo efectivo
- Habla en primera persona: "yo necesito", "yo siento", en lugar de "tú nunca", "tú siempre".
- Evita humillar o exponer al familiar delante de otros miembros de la familia.
- Si la conversación se calienta, propone retomarla otro día en lugar de entrar en una discusión.
- Tras el acuerdo verbal, envía un mensaje escrito resumiendo lo pactado para que quede constancia.
- Si es posible, firma un pequeño documento con el nuevo plan de pagos, aunque sea muy sencillo.
Opciones legales para reclamar la deuda
Si el diálogo no funciona o tu familiar se niega a devolver el dinero, tendrás que valorar las opciones legales. La elección dependerá de la cantidad reclamada, de las pruebas que tengas y de tu disposición a asumir costes económicos y emocionales. Aunque la ley te ampara, es importante entender qué implica cada paso.
En términos generales, el proceso suele comenzar con una reclamación amistosa por escrito, continuar con un requerimiento formal (por ejemplo, mediante burofax) y, si no hay respuesta, pasar a la vía judicial. En España, para deudas dinerarias claras y exigibles, existe el procedimiento monitorio, pensado precisamente para reclamaciones de este tipo.
- Reclamacion amistosa por escrito: correo electrónico o carta donde recuerdas la deuda y propones un plazo de pago.
- Burofax con certificacion de contenido: documento formal que deja constancia de que has reclamado la deuda.
- Procedimiento monitorio: vía rápida para reclamar deudas claras, siempre que tengas documentos que las acrediten.
- Juicio verbal u ordinario: si el monitorio no es posible o el deudor se opone, se abre un procedimiento judicial más completo.
- Ejecucion de sentencia: si ganas el juicio y no paga voluntariamente, se pueden embargar bienes o ingresos.
Aspectos legales importantes a tener en cuenta
- Los préstamos entre particulares prescriben con el tiempo; consulta plazos de prescripción con un profesional.
- Cuanto más clara y documentada esté la deuda, más opciones tendrás de éxito en un procedimiento monitorio.
- Si la cantidad es reducida, valora si compensa el coste económico y emocional de un juicio.
- Un abogado puede ayudarte a calcular las probabilidades de éxito y los costes aproximados.
- Recuerda que demandar a un familiar puede afectar a la relación con otros miembros de la familia.
Medios alternativos: mediación y acuerdos extrajudiciales
Entre el diálogo informal y la vía judicial existe un espacio intermedio muy útil: la mediación y los acuerdos extrajudiciales. Estos mecanismos permiten que una tercera persona imparcial ayude a las partes a entenderse y a encontrar una solución que ambas puedan aceptar, sin necesidad de llegar a juicio.
La mediación familiar es especialmente recomendable cuando la deuda está generando tensiones en el entorno familiar más amplio. Un mediador profesional no se pone de parte de nadie, sino que facilita la comunicación, ayuda a clarificar expectativas y acompaña en la búsqueda de un acuerdo realista y sostenible.
- Mediacion familiar: proceso estructurado con un mediador neutral y sesiones pautadas.
- Acuerdo privado por escrito: documento firmado por ambas partes con un plan de pagos detallado.
- Reconocimiento de deuda: escrito donde el familiar reconoce expresamente que debe la cantidad.
- Acta de mediacion: en algunos casos, puede elevarse a título ejecutivo, facilitando su cumplimiento.
- Intervencion de un tercero de confianza: un familiar respetado que ayude a acercar posturas.
Ventajas de la mediación frente al juicio
- Suele ser más rápida y económica que un procedimiento judicial completo.
- Permite soluciones flexibles: quitas parciales, plazos largos, pagos en especie, etc.
- Reduce el nivel de confrontación y ayuda a preservar la relación familiar.
- Las partes mantienen el control sobre el acuerdo final, en lugar de dejar la decisión a un juez.
- Incluso si no hay acuerdo total, puede servir para aclarar posiciones y facilitar futuros entendimientos.
Cómo proteger la relación familiar
Reclamar dinero a un familiar es una de las situaciones más incómodas que se pueden vivir dentro de una familia. El riesgo de que la relación se deteriore es real, especialmente si hay reproches, presiones o si otros miembros se posicionan a favor de una u otra parte. Por eso, además de pensar en el dinero, conviene reflexionar sobre qué tipo de relación quieres mantener en el futuro.
Proteger la relación no significa renunciar a tus derechos, sino elegir la forma de reclamarlos con inteligencia emocional. A veces, la mejor decisión no es la que maximiza el cobro inmediato, sino la que equilibra el respeto a ti mismo con la preservación de vínculos importantes.
- Evita hablar mal del familiar deudor delante de otros miembros de la familia.
- No utilices el dinero como arma en otras discusiones familiares.
- Marca límites claros: ayudar no significa aceptar cualquier comportamiento.
- Si la situación te supera, valora apoyo psicológico o asesoramiento profesional.
- Recuerda que puedes decidir no volver a prestar dinero sin necesidad de romper la relación.
Estrategias para reducir el impacto emocional
- Habla del tema en momentos concretos y evita que ocupe toda la relación.
- Diferencia entre la persona y su comportamiento respecto a la deuda.
- Si decides perdonar parte o toda la deuda, hazlo de forma consciente y explícita.
- No te culpes por haber ayudado; la responsabilidad de devolver es de quien recibió el dinero.
- Aprende de la experiencia para gestionar mejor futuras decisiones económicas en la familia.
Errores frecuentes que debes evitar
En situaciones de tensión económica y emocional es fácil cometer errores que complican aún más el problema. Identificar estos fallos habituales te ayudará a actuar con más calma y eficacia, aumentando tus posibilidades de recuperar el dinero y reduciendo el daño a la relación familiar.
- Amenazar sin actuar: lanzar amenazas constantes de denuncia o juicio sin dar pasos reales.
- Exponer al familiar en publico: hablar del tema en reuniones familiares o en redes sociales.
- No dejar rastro escrito: seguir haciendo acuerdos solo de palabra, sin confirmarlos por escrito.
- Prestar mas dinero para tapar la deuda: aumentar el problema en lugar de resolverlo.
- Actuar impulsivamente: presentar una demanda sin haber valorado bien las consecuencias.
Buenas prácticas para manejar la situación con cabeza fría
- Tómate unos días para pensar antes de dar pasos irreversibles, como demandar.
- Consulta al menos una vez con un profesional legal para conocer tus opciones reales.
- Calcula el impacto económico y emocional de cada alternativa (acuerdo, mediación, juicio, renuncia parcial).
- Evita mezclar esta deuda con otras cuestiones familiares (herencias, cuidados, conflictos antiguos).
- Documenta todo lo que vayas haciendo: reclamaciones, respuestas, acuerdos y pagos.
Cómo prevenir problemas en futuros préstamos
Una de las lecciones más valiosas que se pueden extraer de una mala experiencia es aprender a prevenir situaciones similares en el futuro. Prestar dinero a familiares no tiene por qué ser un problema si se hace con claridad, límites y cierta formalidad. Dejar las cosas por escrito no es una falta de confianza, sino una forma de proteger la relación.
Antes de volver a prestar dinero, pregúntate si realmente puedes permitirte esa ayuda sin poner en riesgo tu estabilidad económica. Si la respuesta es sí, define con calma las condiciones y asegúrate de que ambas partes las entienden y aceptan. Un pequeño esfuerzo inicial puede evitar grandes conflictos más adelante.
- Firma siempre un documento sencillo de préstamo, aunque sea entre familiares muy cercanos.
- Especifica importe, plazos de devolución, forma de pago e intereses (si los hay).
- Realiza los pagos mediante transferencia o bizum, evitando en lo posible el efectivo.
- Incluye en el concepto de la transferencia la palabra "préstamo" o similar.
- Valora establecer un límite máximo de dinero que estás dispuesto a prestar a familiares.
Elementos básicos de un buen contrato de préstamo entre familiares
- Datos completos de prestamista y prestatario (nombre, DNI, domicilio).
- Importe exacto del préstamo y fecha de entrega del dinero.
- Calendario de pagos: fechas, importes y forma de pago.
- Intereses, si los hubiera, o mención expresa de que es un préstamo sin intereses.
- Firma de ambas partes y, si es posible, firma de un testigo.
Modelos y ejemplos de mensajes y acuerdos
Contar con ejemplos de mensajes y acuerdos puede ayudarte a dar el primer paso de forma respetuosa y clara. Adaptarlos a tu caso concreto te permitirá reclamar el dinero sin sonar agresivo, pero dejando constancia escrita de tu posición y de lo que estás solicitando.
Ejemplo de mensaje inicial para recordar la deuda
"Hola [nombre], quería comentar contigo el tema del dinero que te presté el [fecha], que fueron [importe] euros. Como sabes, en su momento hablamos de que lo devolverías aproximadamente para [fecha acordada]. Ahora mismo necesito organizar mis cuentas y me vendría bien saber cómo lo ves tú y en qué plazo crees que podrías ir devolviéndolo. Si te parece, podemos hablarlo y buscar juntos una forma de pago que te resulte asumible. Gracias por entenderlo y por responderme cuando puedas."
Ejemplo de mensaje para concretar un plan de pagos
"Hola [nombre], gracias por hablar el otro día sobre el préstamo. Para que ambos lo tengamos claro, te resumo lo que hemos comentado: - Cantidad pendiente de devolver: [importe pendiente] euros. - Forma de pago: [transferencia/bizum/efectivo]. - Plazo: [número] cuotas de [importe] euros cada una. - Fechas de pago: día [x] de cada mes, empezando en [mes y año]. Si estás de acuerdo, respóndeme a este mensaje confirmándolo, así nos aseguramos de que los dos tenemos la misma información."
Ejemplo sencillo de reconocimiento de deuda
"Yo, [nombre y apellidos], con DNI [número], reconozco que debo a [nombre del prestamista], con DNI [número], la cantidad de [importe] euros, correspondiente a un préstamo recibido el día [fecha]. Me comprometo a devolver dicha cantidad en [número] pagos de [importe] euros, que realizaré el día [x] de cada mes, comenzando el [fecha]. En [lugar], a [fecha]. Firmado: [firma del deudor]"
Preguntas frecuentes
¿Puedo reclamar legalmente un préstamo a un familiar si no hay contrato escrito?
Sí, es posible reclamar un préstamo verbal, pero necesitarás pruebas que demuestren que el dinero fue un préstamo y no un regalo. Mensajes, transferencias con concepto, correos electrónicos o testigos pueden ayudarte. Sin embargo, la ausencia de contrato hace que el proceso sea más incierto, por lo que conviene valorar bien las probabilidades de éxito antes de iniciar acciones judiciales.
¿Merece la pena demandar a un familiar por dinero?
Depende de varios factores: la cantidad adeudada, la solidez de tus pruebas, la situación económica del deudor y el valor que das a la relación familiar. En algunos casos, la demanda es la única vía para recuperar una suma importante. En otros, los costes emocionales y económicos pueden superar el beneficio. Lo recomendable es pedir asesoramiento profesional y tomar una decisión informada, no impulsiva.
¿Qué pasa si mi familiar no tiene bienes ni ingresos embargables?
Aunque obtengas una sentencia a tu favor, si el deudor es insolvente (no tiene bienes ni ingresos embargables), puede resultar muy difícil cobrar. En estos casos, la vía judicial puede servir para dejar constancia de la deuda y para que, si en el futuro mejora su situación económica, puedas intentar ejecutar la sentencia. No obstante, es importante valorar si compensa el esfuerzo en el corto plazo.
¿Puedo cobrar intereses por un préstamo a un familiar?
Sí, es posible pactar intereses en un préstamo entre particulares, incluidos los familiares, siempre que no sean abusivos. Lo más recomendable es dejarlo por escrito desde el principio. Si no se pactaron intereses, en general se entiende que el préstamo es sin interés, salvo que la ley disponga otra cosa o se pueda demostrar lo contrario.
¿Cómo puedo evitar que esto vuelva a ocurrir?
La mejor prevención es combinar claridad, límites y documentación. Antes de prestar, analiza si realmente puedes permitirte esa ayuda. Si decides hacerlo, firma un documento sencillo, utiliza medios de pago trazables y deja claros los plazos de devolución. Y recuerda que tienes derecho a decir que no, incluso a familiares muy cercanos, si consideras que el riesgo es demasiado alto.
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