Reclamar una deuda sin contrato escrito
Guía completa para reclamar una deuda sin contrato escrito: pruebas válidas, pasos legales, modelos de reclamación, juicio monitorio y consejos prácticos.
Índice
- ¿Es posible reclamar una deuda sin contrato escrito?
- Bases legales para reclamar una deuda sin documentos
- Pruebas que sirven para acreditar una deuda
- Reclamación amistosa como primer paso
- Burofax y requerimiento fehaciente de pago
- Opciones judiciales: juicio monitorio y otros procesos
- Plazos de prescripción de las deudas
- Errores frecuentes y cómo evitarlos
- Cuándo es necesario un abogado o procurador
- Modelo orientativo de reclamación de deuda
- Consejos para prevenir problemas en futuros préstamos
- Preguntas frecuentes
¿Es posible reclamar una deuda sin contrato escrito?
Reclamar una deuda sin contrato escrito es una situación muy habitual, sobre todo en préstamos entre familiares, amigos o pequeños trabajos realizados de forma informal. Aunque no exista un documento firmado, la ley permite reclamar el dinero siempre que se pueda demostrar, por otros medios de prueba, que la deuda existe y que la persona deudora se comprometió a devolverlo.
En derecho civil, el contrato no siempre tiene que constar por escrito para ser válido. Muchos acuerdos verbales son plenamente eficaces, pero el problema aparece cuando surge un conflicto y hay que probar qué se pactó, en qué condiciones y qué cantidad se debe. Por eso, el eje central de cualquier reclamación de deuda sin contrato escrito será la prueba: mensajes, transferencias, testigos, correos electrónicos, etc.
Idea clave
Sí se puede reclamar una deuda sin contrato escrito, pero será imprescindible reunir y organizar todas las pruebas disponibles que acrediten el préstamo o la prestación realizada y la obligación de devolver el dinero.
Bases legales para reclamar una deuda sin documentos
En el ordenamiento jurídico español, los contratos pueden ser verbales o escritos, salvo en aquellos casos en los que la ley exige expresamente una forma concreta (por ejemplo, la compraventa de inmuebles, que requiere escritura pública). Para préstamos de dinero entre particulares o pequeños servicios profesionales, el acuerdo verbal es válido, aunque difícil de probar si surge un conflicto.
El Código Civil establece que las obligaciones nacen de la ley, de los contratos y cuasicontratos, y de los actos y omisiones ilícitos. Cuando una persona presta dinero a otra, se genera una obligación de devolverlo. Si el deudor no cumple, el acreedor puede acudir a los tribunales para exigir el pago, siempre que pueda acreditar la existencia de esa obligación.
- Los contratos son obligatorios, aunque sean verbales, siempre que exista consentimiento, objeto y causa.
- La carga de la prueba recae en quien reclama: deberá demostrar la existencia y cuantía de la deuda.
- Los tribunales valoran libremente las pruebas aportadas (mensajes, movimientos bancarios, testigos, etc.).
- La ausencia de contrato escrito no impide la reclamación, pero la hace más compleja.
Importante desde el punto de vista legal
No se trata de "tener razón" sino de poder demostrarla. Antes de iniciar una reclamación formal, conviene revisar con detalle qué pruebas se tienen y si son suficientes para convencer a un juez de que la deuda existe y está impagada.
Pruebas que sirven para acreditar una deuda
Cuando no hay contrato escrito, la clave está en reunir el máximo de indicios que, en conjunto, permitan reconstruir el acuerdo y demostrar que el dinero entregado no fue un regalo, sino un préstamo o un pago pendiente por un trabajo o servicio. Los jueces valoran el conjunto de pruebas, no solo un documento aislado.
Es recomendable recopilar y guardar cualquier rastro que vincule a la persona deudora con la cantidad reclamada y con la obligación de devolverla. Cuantas más pruebas, mejor posición tendrá el acreedor en una eventual reclamación judicial.
- Transferencias bancarias y movimientos de cuenta: justificantes de ingresos a favor del deudor, especialmente si en el concepto se indica "préstamo", "anticipo", "pago pendiente" u otros similares.
- Bizum u otras plataformas de pago: capturas de pantalla, historiales de movimientos y mensajes asociados a la operación.
- Mensajes de WhatsApp, SMS o redes sociales: conversaciones donde se hable del préstamo, de la devolución, de plazos o de la cantidad adeudada.
- Correos electrónicos: intercambios en los que se reconozca la deuda o se pacten condiciones de devolución.
- Reconocimientos de deuda: aunque no haya contrato inicial, un documento posterior donde el deudor admita que debe una cantidad tiene gran fuerza probatoria.
- Testigos: personas que presenciaron el acuerdo o que han tenido conocimiento directo de la existencia del préstamo o del impago.
- Facturas, presupuestos y albaranes: en el caso de trabajos o servicios realizados sin contrato formal, pero con documentación comercial.
- Grabaciones de voz: en algunos casos, pueden admitirse si se cumplen los requisitos legales de obtención y no vulneran derechos fundamentales.
Recomendación práctica
Organiza todas las pruebas en un solo dossier: extractos bancarios ordenados por fecha, capturas de pantalla impresas, copias de correos y un listado de posibles testigos. Esta preparación facilitará tanto la negociación amistosa como una eventual demanda judicial.
Reclamación amistosa como primer paso
Antes de acudir a los tribunales, es aconsejable intentar una reclamación amistosa. No solo puede ahorrar tiempo y dinero, sino que además demuestra buena fe y puede ser valorado positivamente por un juez si el conflicto termina en juicio. Además, muchos deudores reaccionan cuando perciben que el acreedor se está tomando en serio la reclamación.
La reclamación amistosa debe ser clara, respetuosa y firme. Es importante dejar constancia de la cantidad reclamada, del origen de la deuda y de un plazo razonable para el pago. Aunque al principio se utilicen medios informales (llamadas, mensajes), conviene pasar pronto a comunicaciones que puedan acreditarse con facilidad.
- Contactar por teléfono o en persona para recordar la deuda y proponer un plan de pago.
- Enviar un mensaje o correo electrónico resumiendo la conversación y la cantidad pendiente.
- Ofrecer facilidades de pago (fraccionamiento, ampliación de plazo) si la situación del deudor lo requiere.
- Advertir, de forma educada, que en caso de impago se valorará acudir a la vía judicial.
- Evitar amenazas, insultos o presiones que puedan volverse en contra del acreedor.
Consejo de negociación
Mantén un tono profesional y documenta todo por escrito. Incluso si la relación es de confianza (familiares o amigos), es preferible que los acuerdos de devolución queden reflejados en mensajes o correos para evitar malentendidos futuros.
Burofax y requerimiento fehaciente de pago
Si la reclamación amistosa no da resultado, el siguiente paso recomendable es enviar un requerimiento de pago por un medio que deje constancia fehaciente de su contenido y de su recepción. El instrumento más utilizado en España para este fin es el burofax con certificación de texto y acuse de recibo.
El burofax sirve para acreditar que el deudor ha sido formalmente requerido para pagar y que conoce la existencia de la reclamación. En muchos casos, recibir un burofax es suficiente para que el deudor reaccione y busque una solución, al percibir que el conflicto puede escalar a la vía judicial.
- Identificación de las partes: nombre, apellidos, DNI y domicilio del acreedor y del deudor.
- Descripción de la deuda: importe exacto, fecha o periodo en que se originó y concepto (préstamo, trabajo realizado, etc.).
- Fundamento de la reclamación: breve explicación de las circunstancias y de las pruebas de que se dispone.
- Plazo para el pago: un término concreto (por ejemplo, 10 o 15 días naturales) para que el deudor abone la cantidad.
- Advertencia de acciones legales: indicación de que, en caso de impago, se iniciarán las acciones judiciales oportunas.
Ventajas del burofax
El burofax con certificación de contenido y acuse de recibo acredita la fecha de envío, el texto exacto remitido y la recepción (o rechazo) por parte del deudor. Esta prueba es muy útil en juicio y puede interrumpir la prescripción de la deuda.
Opciones judiciales: juicio monitorio y otros procesos
Cuando la vía amistosa y el requerimiento fehaciente no consiguen el pago, el acreedor puede acudir a los tribunales. La opción más habitual para reclamar deudas dinerarias es el juicio monitorio, un procedimiento relativamente ágil pensado para reclamaciones de cantidad siempre que la deuda sea líquida, determinada, vencida y exigible.
Aunque el juicio monitorio suele apoyarse en documentos que acrediten la deuda (facturas, albaranes, certificaciones, etc.), también puede iniciarse aportando otros medios de prueba, como extractos bancarios y comunicaciones, especialmente cuando se trata de deudas entre particulares sin contrato formal.
- Juicio monitorio: adecuado para la mayoría de reclamaciones de cantidad. Se presenta una petición inicial ante el juzgado de primera instancia del domicilio del deudor, adjuntando las pruebas disponibles.
- Juicio verbal: si el deudor se opone al monitorio y la cuantía es inferior a un determinado límite, el procedimiento puede transformarse en juicio verbal.
- Juicio ordinario: para cuantías superiores o asuntos de mayor complejidad, con fase de demanda y contestación más desarrollada.
- Ejecución de sentencia: si se obtiene una resolución favorable y el deudor sigue sin pagar, será necesario iniciar la fase de ejecución para embargar bienes, cuentas o salarios.
Pasos básicos en un juicio monitorio
1) Presentar petición inicial con datos del deudor y pruebas de la deuda. 2) El juzgado requiere de pago al deudor. 3) El deudor puede pagar, oponerse o no responder. 4) Si no paga ni se opone, se despacha ejecución. 5) Si se opone, el asunto pasa a juicio verbal u ordinario según la cuantía.
Plazos de prescripción de las deudas
La posibilidad de reclamar una deuda no es indefinida en el tiempo. La ley establece plazos de prescripción, es decir, periodos máximos durante los cuales el acreedor puede ejercitar su derecho ante los tribunales. Transcurrido ese plazo sin haber reclamado de forma eficaz, el deudor puede oponerse alegando prescripción.
El plazo concreto depende del tipo de deuda y de la normativa aplicable en cada momento. Además, la prescripción puede interrumpirse mediante determinadas actuaciones, como un requerimiento fehaciente de pago, el reconocimiento de la deuda por parte del deudor o la presentación de una demanda judicial.
- Deudas derivadas de contratos personales entre particulares: suelen tener un plazo de prescripción de varios años desde que la deuda es exigible.
- Deudas comerciales o profesionales: pueden tener plazos específicos según la actividad y la normativa sectorial.
- Reclamaciones periódicas (alquileres, suministros, etc.): a menudo cuentan con plazos más breves.
- Interrupción de la prescripción: un burofax, una reclamación extrajudicial o un reconocimiento escrito de la deuda reinician el cómputo del plazo.
Recomendación sobre plazos
No dejes pasar el tiempo confiando en que el deudor pagará "más adelante". Inicia al menos una reclamación formal por escrito para interrumpir la prescripción y conservar tu derecho a reclamar judicialmente en el futuro.
Errores frecuentes y cómo evitarlos
En las reclamaciones de deudas sin contrato escrito se repiten una serie de errores que pueden debilitar la posición del acreedor o incluso hacer que pierda la posibilidad de cobrar. Conocerlos de antemano ayuda a evitarlos y a plantear la reclamación de forma más sólida y estratégica.
Muchos de estos fallos tienen que ver con la falta de documentación, la confianza excesiva en la palabra del deudor o la ausencia de asesoramiento legal temprano. Corregirlos a tiempo puede marcar la diferencia entre recuperar el dinero o asumir la pérdida.
- No documentar el préstamo desde el inicio: confiar únicamente en la palabra, sin dejar rastro escrito de la entrega de dinero ni de las condiciones de devolución.
- No guardar justificantes bancarios: eliminar extractos o no conservar capturas de Bizum y otras transferencias.
- Esperar demasiado tiempo: dejar pasar años sin reclamar formalmente, con el riesgo de que la deuda prescriba.
- Amenazar o presionar de forma inadecuada: utilizar insultos, coacciones o difusión pública del conflicto, lo que puede generar responsabilidades legales para el propio acreedor.
- No valorar la solvencia del deudor: iniciar procedimientos costosos contra personas sin bienes ni ingresos embargables.
- No asesorarse con un profesional: desconocer los procedimientos adecuados y los plazos puede llevar a errores difíciles de corregir.
Buenas prácticas para una reclamación eficaz
Documenta todo desde el primer momento, actúa con rapidez, mantén un tono respetuoso y busca asesoramiento jurídico cuando la cuantía sea relevante o la situación se complique. Una estrategia bien planificada aumenta notablemente las posibilidades de éxito.
Cuándo es necesario un abogado o procurador
No todas las reclamaciones de deuda requieren la intervención obligatoria de abogado y procurador, pero su participación suele ser recomendable, especialmente cuando la cuantía es elevada o la situación presenta cierta complejidad probatoria. Contar con un profesional permite elegir el procedimiento adecuado, preparar la demanda con rigor y defender mejor los intereses del acreedor.
En los procedimientos monitorios de menor cuantía, es posible iniciar la reclamación sin abogado ni procurador, utilizando formularios normalizados que facilitan los juzgados. Sin embargo, si el deudor se opone o el asunto deriva en un juicio verbal u ordinario, puede ser necesaria la intervención de profesionales.
- Reclamaciones de cantidad significativas, donde el coste de un abogado se justifica por el importe en juego.
- Situaciones con pruebas complejas o dispersas, que requieren una estrategia probatoria sólida.
- Casos en los que el deudor ya está siendo reclamado por otros acreedores o se encuentra en una situación económica delicada.
- Procedimientos en los que la ley exige expresamente la intervención de abogado y procurador por razón de la cuantía o del tipo de juicio.
Criterio práctico
Si la deuda es relevante para tu economía o si no tienes experiencia en procedimientos judiciales, es aconsejable al menos una consulta inicial con un abogado especializado en reclamación de deudas. Podrá valorar la viabilidad del caso y orientarte sobre costes, plazos y probabilidades de éxito.
Modelo orientativo de reclamación de deuda
Contar con un texto base ayuda a estructurar la reclamación de forma clara y completa. A continuación se ofrece un modelo orientativo de carta o burofax para reclamar una deuda sin contrato escrito. Debe adaptarse siempre a cada caso concreto y, en su caso, revisarse con un profesional del derecho.
[Nombre y apellidos del acreedor] [DNI] [Dirección] [Nombre y apellidos del deudor] [DNI] [Dirección] Lugar y fecha: [ciudad], [día] de [mes] de [año] Asunto: Requerimiento de pago de deuda Muy Sr./Sra. mío/a: Por medio de la presente, yo, [nombre del acreedor], le recuerdo que con fecha [fecha del préstamo o del origen de la deuda] le entregué la cantidad de [importe en euros] €, en concepto de [préstamo de dinero / pago pendiente por trabajos realizados / otro], con el compromiso por su parte de devolver dicha cantidad en el plazo de [indicar plazo, si lo hubo] o, en todo caso, cuando usted dispusiera de medios para ello. Hasta la fecha, y pese a las conversaciones mantenidas y a los recordatorios realizados, la citada cantidad continúa pendiente de pago, sin que haya procedido a su devolución. Por ello, mediante este escrito le requiero formalmente para que en el plazo máximo de [10/15] días naturales desde la recepción del presente proceda al pago íntegro de la cantidad adeudada, esto es, [importe en euros] €, mediante transferencia a la siguiente cuenta bancaria: [Entidad] [IBAN] [Titular] En caso de no recibir el pago en el plazo indicado, me veré en la obligación de iniciar las acciones legales oportunas para la reclamación de la deuda, con expresa reclamación de los intereses y costas que pudieran corresponder, todo ello sin perjuicio de cuantas otras acciones me asistan en derecho. Quedando a la espera de una solución amistosa, reciba un cordial saludo. [Firma] [Nombre y apellidos]
Este modelo es solo una guía. Es importante adaptar los datos, la descripción de la deuda y el tono a la realidad de cada caso. En reclamaciones de cierta entidad económica, es recomendable que el texto sea revisado por un abogado antes de enviarlo como burofax.
Consejos para prevenir problemas en futuros préstamos
La mejor forma de evitar conflictos y reclamaciones complejas es prevenir desde el principio. Incluso cuando existe plena confianza entre las partes, es aconsejable documentar los préstamos y acuerdos económicos de forma sencilla pero clara. Esto protege tanto al que presta como al que recibe el dinero y reduce la posibilidad de malentendidos.
No es necesario elaborar contratos extensos o complicados. En muchos casos, basta con un documento sencillo firmado por ambas partes, acompañado de los justificantes de la transferencia o entrega de efectivo. Lo importante es que quede constancia de la cantidad, el motivo del préstamo y las condiciones de devolución.
- Redactar un documento de préstamo entre particulares, indicando importe, fecha, plazos de devolución e intereses (si los hay).
- Firmar el documento por duplicado, para que cada parte conserve un ejemplar original.
- Realizar los pagos mediante transferencia bancaria o medios que dejen rastro, evitando en lo posible el efectivo.
- Especificar en el concepto de la transferencia que se trata de un préstamo o anticipo, no de un regalo.
- Guardar todos los justificantes y comunicaciones relacionadas con el préstamo.
- En préstamos de mayor cuantía, valorar la intervención de un notario para dotar al documento de mayor fuerza ejecutiva.
Beneficio de documentar bien los acuerdos
Un contrato sencillo y unos justificantes bancarios claros pueden evitar años de conflictos y reclamaciones. Además, facilitan enormemente cualquier procedimiento judicial, ya que la existencia y condiciones de la deuda quedan perfectamente acreditadas desde el inicio.
Preguntas frecuentes
¿Puedo reclamar un dinero prestado solo con mensajes de WhatsApp?
Los mensajes de WhatsApp pueden ser una prueba válida si en ellos se reconoce claramente la existencia del préstamo, la cantidad y la obligación de devolverla. No obstante, es preferible acompañarlos de otros indicios, como transferencias bancarias o testigos. El juez valorará el conjunto de pruebas y su coherencia.
¿Qué pasa si el deudor niega que el dinero fuera un préstamo?
En ausencia de contrato escrito, es frecuente que el deudor alegue que el dinero fue un regalo o una ayuda sin obligación de devolución. Por eso es tan importante contar con pruebas que indiquen lo contrario: conceptos en transferencias, mensajes donde se hable de "devolver", "pagar" o "plazo", y cualquier reconocimiento explícito de la deuda.
¿Es obligatorio enviar un burofax antes de demandar?
No es estrictamente obligatorio, pero sí muy recomendable. El burofax deja constancia fehaciente de la reclamación y puede interrumpir la prescripción de la deuda. Además, demuestra ante el juez que se ha intentado una solución amistosa antes de acudir a la vía judicial.
¿Qué ocurre si el deudor no tiene bienes ni ingresos embargables?
Aunque se obtenga una sentencia favorable, si el deudor carece de bienes o ingresos embargables puede resultar muy difícil cobrar la deuda. En estos casos, es importante valorar previamente la solvencia del deudor y, si se decide reclamar, ser consciente de que la ejecución puede alargarse o incluso resultar infructuosa.
¿Puedo reclamar intereses por el retraso en el pago?
Sí, en muchos casos es posible reclamar intereses de demora desde que la deuda es exigible y se ha requerido formalmente el pago. Si en el acuerdo inicial se pactaron intereses, habrá que estar a lo previsto. Si no se pactaron, pueden aplicarse los intereses legales correspondientes, siempre que se soliciten expresamente en la reclamación judicial.
Las respuestas anteriores son de carácter general y no sustituyen el asesoramiento jurídico personalizado. Cada caso de deuda sin contrato escrito tiene particularidades que conviene analizar con detalle antes de tomar decisiones.
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